E. T. quiere sexo!
La protagonista de esta historia es una germana de avanzada edad llamada Inge. Esta mujer no solo vivió la extrema experiencia de un encuentro cercano con seres de otro planeta sino que también me tuvo a mi como su alumno durante un año en la clase de aleman que ella dicta, otra perturbadora experiencia, sin duda, pero esa es otra historia. Lo que voy a contarles es algo que ella misma nos relato en una clase a propósito de su desconfianza de las teorías darwinistas acerca del origen del hombre. Su encuentro con los aliens ocurrió en las cercanías de un pueblo ubicado en el sur de la provincia de Buenos Aires cuyo nombre no me es permitido revelar. Ella se dirigía a la casa de unos amigos en su vieja camioneta, era de noche, venía por un camino de tierra, sin casas ni autos a la vista, estaba sola en el campo. De repente el motor de la camioneta se detuvo y ella sintió que el pecho se le contraía mientras una luz la cegaba. No pudo ver nada, salvo la luz. Cuando llegó a destino, le contó consternada a sus amigos lo que le había ocurrido. Ahí fue cuando el hijo de uno de los dueños de casa le dijo que algo similar le había pasado el día anterior, cuando había ido a cazar con unos amigos. Relató como al apartarse de los demás por un momento sintió una fuerza que le aprisionaba el pecho y al darse vuelta una luz lo incandiló. Esto sólo duró un instante y el pensó que eran sus amigos que le estaban gastando una broma y lo iluminaban con las luces de su camioneta. Pero al acercarse a sus compañeros de caza y preguntarles acerca de lo ocurrido le dijeron que no habían sido ellos. Los hechos hablan por si mismos, estos despistados pueblerinos habrían sido sorprendidos por una misión de reconocimiento extraterrestre.
Esta conmocionante experiencia llevó a la sexagenaria alemana a cuestionar que nosotros fuéramos descendientes de primates como postulan las teorías evolucionistas. Según ella la especie humana es producto de la unión sexual entre animales terrestres y seres alienígenas provenientes del espacio exterior que habrían venido desde su lejano hogar, situado a años luz de distancia del Sistema Solar, solo para emporlarse alguna oveja. Interesante teoría. Estos fornicadores intergalacticos serían nuestros ancestros, y más alla de que aprovemos o no sus costumbres, deberíamos reconocerlos como tales.
Esta elucubración acerca de los albores de la humanidad hace blanco en algunos puntos, hay que reconocerlo. O acaso no escuchamos en más de una oportunidad historias de personas que han sido secuestradas por seres extraterrestres y que no se despidieron de ellos sin el dunga dunga de rigor. Hace unas décadas nuestro temor por los alienígenas se basaba en que estabamos convencidos de que ellos vendrían a destruirnos. Ahora ese miedo ha sido reemplazado por otro. Conocemos cual es su verdadero objetivo, no vienen por comida, no vienen por el oxígeno, no quieren arrebatarnos el planeta en el que vivimos...ellos vienen a ponerla! Asi es, no somos mas que un burdel cósmico. Estos invasores recorren el universo buscando saciar sus bajos instintos y parecen haber encontrado algo de su agrado en la Tierra. Favio Serpa nos alertó de su existencia pero nos ocultó sus intenciones porque en realidad es un agente encubierto de los violadores interestelares que no hace mas que hacer propaganda al servicio de estas alimañas. Ellos están aquí, en alguna parte. No se puede correr, no hay lugar donde esconderse, nadie esta a salvo. Estan calientes. Y vienen por nosotros.
Agustin. Riot_nerd@hotmail.com